La Tumba Vacía: Un mensaje de esperanza y fe, y la promesa de vida eterna para el camino de nuestra vida

El Padre Javier Valdés, al celebrar la resurrección de Jesús, salpicó agua bendita a los asistentes.

Por Víctor R. AGUILAR.- En este Domingo de Resurrección, los fieles de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto se reunieron para celebrar la Resurrección de Cristo, un evento que trasciende la historia y toca el corazón de todos los creyentes. El padre Javier Vades Castellanos presidió la ceremonia, que se convirtió en un momento de profunda reflexión y renovación espiritual.

El padre Javier destacó que la tumba vacía no solo simboliza una ausencia, sino que es el cumplimiento de una promesa: la vida eterna. Tras 40 días de Cuaresma dedicados a la reflexión y la penitencia, los congregados encontraron en el Evangelio de San Juan el mensaje central de la fe cristiana. La Resurrección de Jesús invita a cada uno a creer sin haber visto, a tener fe en lo que a menudo se encuentra más allá de nuestra comprensión.

Durante su homilía, el padre Javier animó a los presentes a liberar sus corazones del miedo, la duda y la tristeza. En sus palabras: “Jesucristo ha resucitado, y solo Él es capaz de quitar las piedras que cierran el camino hacia la vida”. Con un mensaje inmenso de esperanza, instó a vivir con alegría, resaltando que en Cristo siempre hay una oportunidad para un nuevo comienzo.

El sacerdote también reflexionó sobre el significado de la vida eterna, un estado donde el dolor y la injusticia no tienen cabida. Habló de nuestra búsqueda de sueños y el anhelo de regresar a la casa de Dios, aquel hogar del que un día partimos en busca de un futuro mejor. Reconoció que muchos de los asistentes tienen una fe y experiencias que, a menudo, pueden parecer unas más grandes que otras, y en ese sentido, se mostró humilde al compartir su mensaje.

Con una visión clara, el padre Javier reafirmó que la vida eterna es una realidad tangible, a diferencia de las visiones distorsionadas que a veces se presentan en el mundo. Este Domingo de Resurrección, el sacerdote enfatizó que no hay lugar para el engaño; el verdadero regalo que nos brinda el Señor es la certeza de que la vida eterna nos espera.

Además, recordó a los presentes que la iglesia es un lugar de alegría y celebración, un espacio en el que la Eucaristía se vive como una fiesta, un momento de reunión en el que se celebra el nacimiento, la muerte y la resurrección de Nuestro Señor. Al hablar de María Magdalena, la primera persona que llegó al sepulcro, el padre Javier subrayó que incluso aquellos que han erróneamente tropezado en la vida pueden encontrar la reconciliación y la felicidad que brota de la Resurrección.

Finalmente, el padre Javier instó a sus feligreses a no tener miedo de manifestar su fe en el mundo, especialmente en una época marcada por el pecado y la incertidumbre. Con gratitud y alegría, enfatizó la importancia de ser testigos de la luz que Cristo trae a nuestras vidas. Este domingo, al ver la iglesia llena, se reafirmó en la creencia de que la fe católica es una fuerza vital que necesita ser compartida y celebrada. La Resurrección es, en última instancia, una promesa de luz que disipa las tinieblas de nuestras vidas, un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, siempre hay un camino hacia la esperanza y la renovación.

DATOS:

La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.

Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00pm, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo  (6:00pm).

INFORMACION: (416) 767-8658.

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