Fe y perseverancia para huir de los incendios forestales en Canadá
El P. Marek Pisarek, OMI, párroco en Yellowknife, Canadá, cuenta a Vatican News las luchas para evacuar a unas 20.000 personas a lo largo de 1.500 km de un solo carril, con un puñado de gasolineras, en medio de los abrasadores incendios forestales que amenazan su ciudad en los Territorios del Noroeste de la nación. Da gracias a Dios por que todos hayan sido evacuados y estén a salvo.
Por Deborah Castellano Lubov / Vatican News
El Padre Marek Pisarek, OMI, ha abrazado su ministerio misionero en el Norte canadiense, sirviendo a los fieles que viven en el territorio como Misionero Oblato de María Inmaculada – OMI Lacombe Canadá.
Su parroquia, la iglesia católica de San Patricio, en Yellowknife, se encuentra dentro de la diócesis de Mackenzie-Fort Smith, en los Territorios del Noroeste de Canadá, recientemente invadidos por los aterradores incendios forestales que han provocado evacuaciones masivas en condiciones de emergencia.
Cuatrocientos cincuenta kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico, la ciudad de Yellowknife es la capital de los Territorios. Alberga uno de los mayores asentamientos, con unos 20.000 habitantes, del escasamente poblado norte.
“Actualmente estoy en Saint Albert, en la casa de los Oblatos, y como todo el mundo, fui evacuado de Yellowknife“, comentó.
El misionero añadió que “toda la ciudad está evacuada. La iglesia se quedó vacía, el Santísimo Sacramento se consumió. Rezamos para poder volver”.
“Es un largo camino para evacuar”, dijo el presbítero, y acotó que la mayoría de la gente “está en Edmonton, Calgary o cualquier otro lugar en el medio”.
Compartió con Vatican News las pesadillas prácticas que tuvieron que soportar los que escapaban. Por ejemplo, la mayoría de la gente conduce unos 1500 kilómetros de viaje, pero los primeros 700 son en una zona desolada, donde solo hay una gasolinera de por medio y todo es bosque. El sacerdote consideró que ahí están los mayores retos, como las distancias y la dificultad de encontrar lugares para alojarse.
“Entre medias no hay cobertura de móvil ni de Internet. Prácticamente condujimos por el bosque seco, la mitad quemado en algunos lugares”, agregó Pisarek, quien aclaró que la mayor parte del trayecto fue bien, si bien la distancia es larga. Normalmente, llevaría entre 15 y 20 horas de conducción, pero esta vez tardaron más bien unas 25 o 30. Muchos coches iban abarrotados de pasajeros, a veces con animales y todas sus pertenencias. “Fue un viaje diferente a lo normal”, insistió.
Diversas personas acampan al aire libre o duermen en sus carros. “Por ahora, necesitamos una oración y esperemos que pronto podamos volver y que tengamos un lugar al que regresar”, sostuvo.
Según los informes más recientes, se espera que los incendios forestales que baten récords en la provincia occidental canadiense de Columbia Británica obliguen a más personas a abandonar sus hogares esta semana, ya que los fuegos destruyen propiedades y cierran partes de una importante carretera nacional.
Según Reuters, la provincia decretó el estado de emergencia a última hora del viernes, dando más poder a las autoridades para hacer frente a los riesgos de los incendios. El sábado, más de 35.000 residentes estaban bajo orden de evacuación y otros 30.000 bajo alerta de evacuación.
El incendio de McDougall Creek se centra en Kelowna, una ciudad a unos 300 kilómetros al este de Vancouver, con una población de unos 150.000 habitantes.
La grave sequía también ha producido otros incendios que se han registrado más cerca de la frontera con Estados Unidos y en el noroeste del Pacífico estadounidense.