Papa Francisco: Pongamos fin a esta insensata guerra contra la creación
En el Mensaje para la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación, el Santo Padre exhorta “a estar al lado de las víctimas de la injusticia ambiental y climática”, con la transformación -conversión ecológica- de nuestros corazones, estilos de vida y las políticas públicas.
Por Johan PACHECO / CV.- “¿Cómo podemos contribuir al río poderoso de la justicia y de la paz en este Tiempo de la Creación?”, se plantea el Papa Francisco en el mensaje, publicado este 25 de mayo, para la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación que se efectuará el 1 de septiembre de 2023.
El tema para el Tiempo Ecuménico de la Creación es “Que la justicia y la paz fluyan”, inspirado en el profeta Amós: “Que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente inagotable” (5,24).
Expresa el Papa Francisco que “esta expresiva imagen de Amós nos dice lo que Dios desea. Dios quiere que reine la justicia, que es esencial para nuestra vida de hijos a imagen de Dios, como el agua lo es para nuestra supervivencia física”.
“Dios quiere —insiste el Pontífice— que cada uno busque ser justo en cada situación; se esfuerce siempre en vivir según sus leyes y, por tanto, en hacer posible que la vida florezca en plenitud”.
Invitando además ante todo a buscar el Reino del Cielo, para mantener “una justa relación con Dios, la humanidad y la naturaleza, entonces la justicia y la paz pueden fluir, como una corriente inagotable de agua pura, nutriendo a la humanidad y a todas las criaturas”, dice.
Los latidos maternos de la Tierra
En el mensaje el Papa recuerda su reflexión a las riberas de lago Santa Ana, en la provincia de Alberta (Canadá), en julio de 2022: “sumergidos en la creación, hay otro latido que podemos escuchar, el latido materno de la tierra. Y así como el latido de los niños, desde el seno materno, está en armonía con el de sus madres, del mismo modo para crecer como seres humanos necesitamos acompasar los ritmos de la vida con los de la creación que nos da la vida”.
Así el Santo Padre exhorta durante el Tiempo de la Creación a detenernos “en estos latidos del corazón: el nuestro, el de nuestras madres y abuelas, el latido del corazón creado y del corazón de Dios”.
La guerra contra la creación
Y denuncia que hoy no hay armonía entre la justicia y la paz: “A muchos se les impide de beber en este río vigoroso. Escuchemos entonces la llamada a estar al lado de las víctimas de la injusticia ambiental y climática, y a poner fin a esta insensata guerra contra la creación”.
Señala también algunos detonantes de esta guerra contra la creación: El consumismo rapaz, el uso desenfrenado de combustibles fósiles y la tala de los bosques.
“Además, industrias depredadoras están consumiendo y contaminado nuestras fuentes de agua potable con prácticas extremas como la fracturación hidráulica, para la extracción de petróleo y gas, los proyectos de mega-extracción descontrolada y la cría intensiva de animales”, se lee en el mensaje.
Con la invitación, “unamos nuestras manos y demos pasos valientes para que la justicia y la paz fluyan en toda la Tierra”, se pregunta: ¿Cómo podemos contribuir al río poderoso de la justicia y de la paz en este Tiempo de la Creación? ¿Qué podemos hacer nosotros, sobre todo como Iglesias cristianas, para sanar nuestra casa común de modo que vuelva estar llena de vida?
La conversión ecológica
La respuesta del Papa Francisco es contundente: “debemos decidir transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que gobiernan nuestra sociedad”.
Para transformar los “corazones” el Papa recuerda un factor esencial “la conversión ecológica”, que san Juan Pablo II —recuerda Francisco en el mensaje— nos instó a realizar: “la renovación de nuestra relación con la creación, de modo que no la consideremos ya como un objeto del que aprovecharnos, sino por el contrario, la custodiemos como un don sagrado del Creador”.
En cuanto a la transformación de los “estilos de vida”, el Papa invita a admirar gratamente al Creador y su creación y desde allí: “arrepintámonos de nuestros pecados ecológicos’’.
“Con la ayuda de la gracia de Dios, adoptemos estilos de vida —recomienda Francisco— que impliquen menos desperdicio y menos consumos innecesarios, sobre todo allí donde los procesos de producción son tóxicos e insostenibles”.
No a la explotación de los combustibles fósiles
Y para la transformación de las “políticas públicas” hace un llamamiento a los líderes mundiales que se reunirán en la cumbre COP28, a finales de este año 2023:
“Deben escuchar la ciencia e iniciar una transición rápida y equitativa para poner fin a la era de los combustibles fósiles. Según los compromisos del Acuerdo de París para frenar el riesgo de calentamiento global, es una contradicción consentir la continua explotación y expansión de las infraestructuras para los combustibles fósiles. Levantamos la voz para detener esta injusticia hacia los pobres y hacia nuestros hijos, que sufrirán las peores consecuencias del cambio climático. Hago un llamado a todas las personas de buena voluntad para que actúen con base en estas orientaciones sobre la sociedad y la naturaleza”.
Creación y sinodalidad
Asimismo, recuerda el compromiso de la Iglesia católica desde la sinodalidad: “como un río es fuente de vida para el ambiente que lo circunda, así nuestra Iglesia sinodal debe ser fuente de vida para la casa común y para todos aquellos que la habitan. Y como un río da vida a toda clase de especies animales y vegetales, también una Iglesia sinodal debe dar vida sembrando justicia y paz en cualquier lugar a donde llegue”.
Finaliza el Papa Francisco su mensaje deseando “que en este Tiempo de la Creación, como seguidores de Cristo en nuestro común camino sinodal, vivamos, trabajemos y oremos para que nuestra casa común esté llena nuevamente de vida”.