Por los caminos del Señor: “Que significa entrar en la Cuaresma”
Por el Padre JUAN TRIVIŇO /ST.- Apreciados lectores. Paz y bien. La semana pasada, no alcance a enviar el tema de la semana y pido disculpas por este impase que cause porque fue mi culpa. Seguimos en el camino de la cuaresma, tras Jesús nuestro Maestro, Salvador y Redentor. Queremos llegar a la pascua con todos los hierros que se proclama, pero para poder hacerlo es necesario limpiar todo aquello que nos impide proclamar la pascua con todo grito. El Pecado.
Así. los sigo invitando a que continuemos en el camino de la conversión y de darle la cara a Dios, nada de alejarnos, al contrario acercarnos mucho más porque |Jesús es el único que no falla y su misericordia es infinita tanto, tanto y tanto que no hay ninguno que invoque al Señor con sincero corazón y EL no lo escuche. AQUÍ ESTAMOS SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD. La «cruz», por más pesada que sea, no es una desgracia que hay que evitar lo más posible, sino una oportunidad para seguir a Jesús.
“QUE SIGNIFICA ENTRAR EN LA CUARESMA”
“1. Significa comenzar un tiempo de particular compromiso en el combate espiritual que nos opone al mal presente en el mundo, en cada uno de nosotros y a nuestro alrededor.
- Quiere decir mirar al mal cara a cara y disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo contra sus causas, hasta la causa última, que es Satanás.
- Significa no descargar el problema del mal sobre los demás, sobre la sociedad, o sobre Dios, sino que hay que reconocer las propias responsabilidades y asumirlas conscientemente. En este sentido, resuena entre los cristianos con particular urgencia la invitación de Jesús a cargar cada uno con su propia «cruz» y a seguirle con humildad y confianza (Cf. Mateo 16, 24).
La «cruz», por más pesada que sea, no es sinónimo de desventura, de una desgracia que hay que evitar lo más posible, sino una oportunidad para seguir a Jesús y de este modo alcanzar la fuerza en la lucha contra el pecado y el mal. - Entrar en la Cuaresma significa, por tanto, renovar la decisión personal y comunitaria de afrontar el mal junto a Cristo. La Cruz es el único camino que lleva a la victoria del amor sobre el odio, de la generosidad sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia.
Desde esta perspectiva, la Cuaresma es verdaderamente una ocasión de intenso compromiso espiritual fundamentado sobre la gracia de Cristo.”
Y……….. ¿Cómo estamos viviendo esta Cuaresma? La tenemos en nuestras manos. No sabemos si habrá una próxima. Que no se nos escape ésta, la de este año, la de ahora. Estamos avanzando ya sobre el tiempo de Cuaresma.
Es increíble con qué velocidad pasan los días y las horas. Las semanas apenas nos parecen empezarlas y ya nos encontramos en tercer domingo de cuaresma. Pero aún es tiempo, si no lo hicimos en su comienzo, de dedicar un poco de atención a este tiempo cuaresmal.
Pronto diremos: “Ya llegó la Semana Santa, ¡qué rápido!” Pero ya dijimos, aún estamos a tiempo para prepararnos precisamente para esta Semana Santa. Tal vez salgamos de vacaciones y eso nos puede distraer sobre el profundo significado que para nosotros los cristianos tienen estos días santos.
Por eso no desperdiciemos este tiempo anterior a ellos para redoblar nuestras oraciones, para renovar nuestro espiritual con ejercicios espirituales en nuestra Parroquia o en algún lugar de retiro o simplemente en nuestra casa darle a este tiempo un valor especial unido a la oración y al sacrificio. Estos por pequeños que sean son muy valiosos, pues llevan además del amor a Dios, el fortalecer nuestra voluntad que ya de por sí suele ser demasiado débil.
Nada le faltó a nuestro Redentor para ser semejante al hombre, solamente hubo una diferencia, Él sí estuvo libre de pecado pero padeció y asumió todos y cada uno de los pecados de la humanidad, esa humanidad que tanto amó y ama. Ahora vamos nosotros tras EL, y como queremos acompañarlo en todo, vale la pena vivir la cuaresma con nuestras oraciones y sacrificios, acercarnos en nuestras parroquias a recibir el sacramento de la reconciliación; dejar nuestros pecados pasados y redimirlos con la absolución sacramental que nos regala nuestro Sacerdote. Bienvenida Sagrada confesión y reconciliación.
Llegará entonces esa madrugada de resurrección. De vida, de triunfo sobre la muerte y por eso la cruz es el signo de nuestra victoria.
Cristo nos dio las primicias de la vida eterna derrotando a la muerte. Cristo vuelve para que sepamos que hay una vida que no termina y que nuestro final está en la Casa del Padre.