Stephanie Labbé medalla de oro con la selección de Canadá, en una oportunidad intentó jugar profesionalmente en un equipo de hombres
AGENCIAS.- La portera de la selección femenina de fútbol de Canadá, recientemente campeona olímpica, Stephanie Labbé volvió a erigirse en la heroína en la tanda de penales para las canadienses, que se convirtieron en apenas la cuarta nación (tras Estados Unidos, Alemania y Noruega) en triunfar en esta competición.
Labbé que nació el 10 de octubre de 1986 (34 años) en Edmonton, Alberta, empezó jugando en equipos femeninos, entrenando solo en ocasiones con los hombres.
Labbé combate la desigualdad y la discriminación en el deporte, ella intentó jugar por un equipo masculino de fútbol, algo que le impidieron por la reglamentación del fútbol.
Ella llegó a entrenar con el equipo de hombres del Club Calgary Foothills, de la cuarta división estadounidense. Labbé trabajó más que nunca, ganándose un espacio en el equipo.
“El volumen de entrenamiento era una locura. Era diferente a todo lo que había experimentado antes. Estaba muy cansada”. El esfuerzo dio sus frutos y su cuerpo terminó respondiendo. “Lo mejor fue que cada día podía sentir mis piernas más fuertes. Mis manos más rápidas. Mis pases más inteligentes”, dice la futbolista.
El momento más esperado fue cuando debutó en un amistoso de pretemporada contra el FC Edmonton, al que ganaron 4-0. Frente a frente con los hombres, Labbé dejó el marcador a cero. “¿En qué momento empezamos a creer que somos menos atletas que los chicos?”, reflexiona ahora. Su historia, sin embargo, no tiene un final del todo feliz.
Antes de comenzar la temporada, la Federación comunicó al Calgary Foothills que no podía inscribirla, ya que iba contra las normas. Pese a los intentos de Labbé y del club por evitarlo, no fue posible. En su narración, aunque insiste en que “entiende” que haya distintas ligas para cada género, cree que hace falta un “reconsideración” al respecto.
Más recientemente, Marta, la futbolista brasileña, también se pronunció al respecto: “He jugado muchas veces con hombres y algunos de ellos eran bastante más fuertes y altos que yo. Sé que pueden intimidarme físicamente en el campo, pero eso lo compensaría con mi cerebro”, dijo la brasileña.