El mensaje de esperanza del Padre Javier Valdés en el inicio de la Cuaresma

El Padre Javier Valdés.
Por Víctor R. AGUILAR / ST.- La celebración del Miércoles de Ceniza marca el inicio de un período significativo en la tradición cristiana: la Cuaresma. Es un tiempo de reflexión, conversión y renovación espiritual que nos invita a profundizar en nuestra relación con Dios y con los demás.
Durante la misa, el Padre Javier Valdés de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto nos recordó las enseñanzas del Evangelio según San Mateo, donde se mencionan tres pilares fundamentales: el ayuno, la oración y la caridad.
La frase “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean” resuena en nuestros corazones como un llamado a la autenticidad. En un mundo donde la apariencia a menudo se valora más que la esencia, este recordatorio es más necesario que nunca.
Las prácticas de piedad no deben ser un espectáculo para el público, sino un viaje personal hacia la intimidad con Dios. El Señor, que ve en secreto, se manifiesta en nuestros actos más genuinos, aquellos que brotan del amor y del deseo de transformación interna.
El primer camino que el Padre Valdés nos invitó a explorar es la Oración. Este componente es esencial, ya que no solo implica hablar con Dios, sino también escucharlo. La oración personal se convierte en la fuente de nuestro fortalecimiento espiritual y nos ayuda a encontrar consuelo, esperanza y guía en momentos de incertidumbre. Este tiempo de Cuaresma nos anima a cultivar una relación más profunda y sincera con nuestro Creador.
El segundo camino es el Ayuno, que se presenta no solo como una privación, sino como una oportunidad para el crecimiento y la disciplina espiritual. El ayuno no debe ser un acto de penuria física con el único objetivo de ser visto por los demás, sino una práctica que nos acerca a Dios y nos invita a la reflexión. Para aquellos de mayor edad (65), como mencionó el Padre Valdés, el enfoque no está en prolongar el sacrificio, sino en encontrar maneras de renunciar a ciertas cosas que nos impiden crecer.
Finalmente, la Caridad se erige como un camino hacia el amor genuino hacia nuestros prójimos. Visitar a los enfermos, compartir de nuestro tiempo y recursos, y cultivar relaciones auténticas son expresiones de la caridad cristiana. Cada acto de bondad se convierte en un testimonio del amor de Dios en nuestras vidas. El tiempo que compartimos con los demás es irrepetible; repartir ese tiempo se convierte en un acto sagrado que eleva no solo al que recibe, sino también al que da.
La Cuaresma no es un tiempo de desolación, sino de esperanza y renovación. Aunque este periodo puede llevarnos a enfrentar nuestras limitaciones y pecados, es también un recordatorio constante de la promesa de salvación que Dios nos ofrece. Su gracia nos invita a un cambio interior, una transformación que se refleja en nuestras acciones diarias.
En este comienzo de Cuaresma, que podamos abrazar la oportunidad de caminar por estos tres caminos: la oración, el ayuno y la caridad. Que cada uno de nosotros, al dejar nuestras huellas en este mundo, lo hagamos con autenticidad, amor y la certeza de que cada pequeño cambio cuenta en el camino hacia nuestra salvación.
DATOS:
La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.
Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00pm, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo (6:00pm).
INFORMACION: (416) 767-8658