Diez nuevos países se suman al compromiso para reducir el plástico que llega a los océanos entre ellos Canadá y Colombia
NACIONES UNIDAS.- Colombia es uno de los nuevos adherentes a la iniciativa de una nueva economía de los plásticos que busca disminuir la producción de ese material en un 55% para 2040. “Para promover una economía oceánica sostenible, necesitamos alianzas e inversiones globales”, dice el líder de la ONU a los participantes la cumbre sobre los océanos que se celebra en Francia.
Canadá, Colombia, Grecia, Italia, Noruega, la República de Corea y Uganda, y los gobiernos subnacionales de la ciudad de París, de la región de Grecia central y del País Vasco informaron el viernes pasado que se unirán al Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos.
El anuncio de la adhesión se hizo en la Cumbre “Un océano” que se celebra en la ciudad de Brest, Francia.
Actualmente, el mundo desecha en los océanos cerca de once millones de toneladas de plástico cada año y los hallazgos científicos muestran la urgencia de actuar contra la contaminación producida por esa basura y destacan que se trata de una crisis que no se puede abordar con el simple reciclaje.
Por ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hace un llamado a una transformación sistémica que conduzca a la economía circular.
“El PNUMA alienta a los gobiernos y otras partes interesadas a comprometerse con acciones nacionales ambiciosas para crear una economía circular para el plástico”, dijo la directora ejecutiva de esa dependencia, Inger Andersen.
En ese modelo económico, los plásticos nunca se convierten en desechos y, por lo tanto, la contaminación que causan, sobre todo en los océanos, se reduce notablemente.
Acelerar la transición
El Compromiso Global de la Nueva Economía de los Plásticos es un marco voluntario que guía a los países para que implementen medidas concretas con el fin de acelerar la transición sistémica hacia una economía circular para los plásticos.
El Compromiso de la Nueva Economía de los Plásticos busca reducir la producción de esos materiales en un 55% para 2040, lo que ahorraría unos 70.000 millones de dólares a los gobiernos de aquí a entonces, además de disminuir las emisiones de efecto invernadero en un 25% y crear 70.000 empleos, sobre todo en los países en desarrollo.
De acuerdo con la agencia de la ONU la economía circular también podría reducir el volumen de plásticos que van a dar al mar en más de un 80% para 2040.
En cambio, si no se emprenden acciones decididas inmediatamente, los desechos plásticos sólidos se duplicarán y las existencias de plástico en el océano se cuadriplicarán para ese mismo año.
Si se mantuvieran únicamente los compromisos actuales de los gobiernos y las industrias, la basura plástica marina sólo se reduciría en un 7% para 2040.
“La actual combinación de políticas no generará los cambios necesarios para reducir a cero la basura plástica marina. Sin embargo, a través de una combinación ambiciosa de intervenciones que utilizan tecnología y enfoques de buenas prácticas, la basura plástica que llega al mar se puede reducir en un 82% en comparación con la que existe hoy”, detalla el PNUMA en su informe de políticas para eliminar esos desechos.
Triple crisis
El Secretario General de las Naciones Unidas recordó que el planeta se enfrenta a la triple crisis que suponen el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, y recalcó que el océano soporta gran parte de esta carga.
António Guterres participó en la Cumbre “Un océano” mediante un mensaje de video en el que subrayó que “el océano se está calentando y acidificando, el hielo polar se está derritiendo y los patrones climáticos globales están cambiando”.
Agregó que los ecosistemas marinos sufren, al igual que las personas que viven de ellos.
“Más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento”, apuntó.
Guterres afirmó que los ecosistemas costeros se han convertido en vertederos de aguas residuales y nutrientes, creando vastas zonas muertas y que los desechos plásticos asfixian los mares.
También se refirió a la pesca excesiva, las prácticas pesqueras destructivas y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada que amenazan las poblaciones de peces.
Cambio de rumbo
“Tenemos que cambiar de rumbo”, puntualizó.
En este contexto, recalcó la importancia de salvar a los océanos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible e implementar el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
“Necesitamos más y mejores alianzas para abordar las fuentes terrestres de contaminación marina. Es hora de eliminar los plásticos de un sólo uso. Aplaudo las medidas alentadoras adoptadas por algunos países”, apuntó, citando los recientes anuncios que establecen nueva áreas marinas protegidas, entre ellas la Reserva Marina Galápagos de Ecuador.
El titular de la ONU instó a los países apurar el despliegue de energías renovables marinas, argumentando que son limpias y pueden crear empleos.
“Para promover una economía oceánica sostenible, necesitamos alianzas e inversiones globales”, puntualizó, exhortando a aumentar el apoyo a la oceanografía para entender mejor los ecosistemas marinos y legar a las generaciones futuras un planeta azul saludable.