El amor que transforma: Reflexión del Padre Edgar Romero sobre el Evangelio de Lucas 6, 27-38
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El Padre Edgar Romero López, Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe-Toronto.
Por Víctor R. AGUILAR / ST.- El Padre Edgar Romero López, en su homilía del domingo 23 de febrero en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, ofreció una reflexión poderosa sobre el amor que nos desafía a ir más allá de nuestra comprensión común: amar al enemigo. Según sus palabras, este acto no solo es lo más grande que podemos hacer, sino también lo más difícil. En su reflexión, el Padre Romero se centró en las enseñanzas de Jesús en el Evangelio de Lucas 6, 27-38, un pasaje que desafía nuestras creencias sobre la justicia y el perdón.
Jesús nos invita a amar a aquellos que nos odian, a hacer el bien a quienes nos hacen mal, a bendecir a quienes nos maldicen y a orar por aquellos que nos difaman. En otras palabras, nos llama a romper el ciclo de odio y violencia que a menudo se perpetúa cuando buscamos venganza.
El Padre Romero recordó la famosa frase de Mahatma Gandhi: “Ojo por ojo, y el mundo quedaría ciego.” Esta reflexión subraya la locura de la venganza, que solo perpetúa el sufrimiento sin ofrecer una verdadera solución.
La venganza es un camino doloroso, que no solo lastima al otro, sino también a nosotros mismos. En cambio, el amor, especialmente el amor hacia el enemigo, es la verdadera justicia, según las enseñanzas de Jesús. Amar al enemigo no significa justificar sus malas acciones, sino reconocer su humanidad y optar por la paz, no por el castigo.
El amor que Jesús nos invita a practicar es radical y desafiante. Nos pide mucho más que una mera tolerancia; nos llama a responder a la violencia con generosidad, al maltrato con bondad. “Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica.” Estas palabras pueden parecer imposibles de cumplir, pero son una invitación a romper con la lógica del mundo y a crear una nueva realidad basada en el perdón y la misericordia.
El desafío de este amor se encuentra en la capacidad de dejar atrás la ira y el rencor, para elegir la reconciliación, aún cuando parece más fácil buscar venganza. El verdadero amor no es un amor que espera algo a cambio, sino un amor incondicional que, al ser compartido, tiene el poder de sanar y transformar tanto al que ama como al que es amado.
Por lo tanto, cuando reflexionamos sobre este pasaje del Evangelio, podemos ver que la justicia según Jesús no es un acto de retribución, sino un acto de restauración. La justicia que Jesús nos ofrece no busca castigar, sino sanar las heridas de la humanidad, restaurar la dignidad de todos y abrir el camino a la paz.
Al amar a nuestros enemigos, practicamos una justicia que nos lleva a la reconciliación, no solo con los demás, sino también con nosotros mismos.
La invitación de Jesús es clara: amar sin límites, perdonar sin condiciones, y entender que, a través del amor, construimos una verdadera justicia. El amor al enemigo es la clave para sanar las relaciones rotas, para transformar el mundo y, sobre todo, para vivir según el ejemplo más elevado de la humanidad.
En la práctica de este amor se encuentra la verdadera fuerza para cambiar el mundo, no a través de la venganza, sino a través del perdón, la paz y la reconciliación.
DATOS:
La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.
Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00pm, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo (6:00pm).
INFORMACION: (416) 767-8658