El Camino de Regreso: Reflexiones del Padre Javier Valdés sobre la Vida, la Libertad y el Hijo Pródigo

El padre Javier Valdés Castellanos.

Por Víctor R. AGUILAR.- Durante la misa del sábado por la tarde en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, el padre Javier Valdés Castellanos ofreció una profunda y conmovedora homilía que se centró en el pasaje del Evangelio según San Lucas 15, 1-3. 11-32, donde Jesús comparte la parábola del hijo pródigo. En su clara y entendible reflexión, el padre se sumergió en los significados ocultos de esta narrativa fundamental, trazando un paralelismo entre la historia contada por Jesús y la relación entre el hombre y Dios.

El relato comienza con un padre que tiene dos hijos. “El menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él  le repartió sus bienes”. Aquí se establece el escenario para la interpretación que el padre Javier Valdés desarrolla: “Narra la historia de un padre bueno, un hijo bueno que se queda a cuidar y a trabajar con su padre, y supuestamente un hijo malo que despilfarra los bienes que su padre le da”.

El padre Javier Valdés destaca la figura del padre como un símbolo del amor y la misericordia de Dios. En la homilía, evocó las palabras del célebre Cardenal Carlos María Martini, quien hace hincapié en que “el padre bueno significa evidentemente la presencia de Dios, nuestro padre creador”. Por otro lado, el hijo que se queda representa a aquellos fieles que cumplen con los mandamientos y participan activamente en la vida de la iglesia, aunque hace un llamado a no caer en la trampa del mero cumplimiento religioso sin una verdadera relación con Dios.

En un momento clave, el padre Javier se centra en el hijo que se aleja, aquel que pidió su fortuna. “Ese hijo representaría a toda esa humanidad que está afuera, lejos del camino de la iglesia, en el pecado”, explica el padre Javier, quien también resalta el mal uso que se hace de la libertad. Reflexionando sobre la naturaleza humana, el padre señala: “Dos grandes riquezas tiene el ser humano: la vida y la libertad. La vida es el primer regalo que Dios nos da, la existencia humana a través de nuestros padres, una familia. Esta vida la podemos vivir plenamente, y el Señor nos da la libertad, que sería el segundo don”.

Continuando con su enseñanza, agrega que “el mundo nos presenta dos caminos: el bien, donde experimentamos la gracia de Dios, y el mal, del que debemos cuidarnos”. Las tentaciones pueden presentarse con un rostro agradable y seductor, advirtió, elaborando que el camino del mal frecuentemente promete felicidad, pero en realidad es un camino que nunca lleva a la verdadera satisfacción. Este dilema se enlaza con la naturaleza humana que, marcada por el pecado, puede desviarse fácilmente. “Ahí es donde el sacramento del bautismo juega un papel crucial, ya que morimos al hombre antiguo y renacemos en Cristo”, dice él, enfatizando la importancia de la redención.

El corazón de la parábola llega cuando el hijo pródigo, tras perderlo todo, decide regresar a su padre. “Hace un descubrimiento importante: la verdadera felicidad está en Dios nuestro padre”. Aquí, el padre destaca el acto de humildad que el hijo realiza al pedir perdón, reconociendo su error ante su padre: “‘Padre, he pecado contra ti y contra Dios. No merezco llamarme hijo tuyo’”. La respuesta del padre, repleta de amor y alegría, simboliza la salvación y la acogida divina: “él lo recibe con suma alegría y hace un banquete”, que representa el banquete celestial y el reino de los cielos.

Sin embargo, la historia no termina aquí. El hermano que se quedó al lado del padre siente celos y resentimiento. “El padre le responde que no importa en qué momento de la vida lleguemos a la iglesia, si nos arrepentimos sinceramente, todos tienen derecho a la salvación”. Este mensaje es fundamental: “todos estamos llamados a la salvación”, refuerza el padre Javier, quien subraya la importancia de elegir el camino del bien.

“Para alcanzar esa salvación, hay dos cosas muy importantes”, dice. Primero, “elegir con nuestra libertad el camino del bien”, que a menudo exige valentía y disciplina. Segundo, se requiere el “don de la sabiduría” y “el don de la inteligencia” para discernir entre los caminos que nos conducen a Dios.

Finalmente, el padre concluye su reflexión recordando que “nuestra condición de hijos de Dios es fruto del amor del corazón del Padre; no depende de nuestros méritos ni de nuestras acciones, y, por lo tanto, nadie nos puede quitar esta condición”. Este mensaje invita a todos a redescubrir el camino hacia el amor y la misericordia divina, sin importar la distancia que se haya tomado del camino de la fe.

DATOS:

La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.

Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00pm, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo  (6:00pm).

INFORMACION: (416) 767-8658.

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