El Papa confía a María la paz en Ucrania, Palestina e Israel
La invitación del Pontífice tras el rezo del Ángelus es a unirse a él en la oración a la Virgen en el Día de la Inmaculada Concepción. “Pedimos la paz, que se pacifiquen los corazones, ¡que haya paz!”, dice. Un pensamiento también para los miembros de la Acción Católica y el jubileo de la diócesis canadiense de Quèbec.
Por Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
En el día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, el Papa Francisco vuelve a asomarse desde al Palacio Apostólico para el rezo del Ángelus. Recuerda su visita por la tarde a Santa María la Mayor y después a la Plaza de España para rezar a la Virgen y pedir por un mundo sin guerras.
Aliento a la acción católica
El Pontífice, al saludar afectuosamente a los romanos y a los peregrinos de Italia y de diversos países del mundo, dirigió su pensamiento a los miembros de la Acción Católica, que en estos días renuevan sus adhesiones. El aliento es para que todos los miembros, “desde los jóvenes hasta los ancianos”, sean “piedras vivas en la Iglesia y levadura buena en la sociedad”.
El deseo del Jubileo de la diócesis de Quebec
Antes del anuncio para la primeraJornada Mundial de los Niños del próximo mes de mayo, Francisco saludó también a los fieles de la diócesis de Quèbec, en Canadá, que el día de la Inmaculada Concepción, su patrona, inauguran el jubileo por el 350 aniversario de su fundación. “Quèbec fue la primera diócesis fundada en Canadá“, recordó el Papa. “¡Feliz año jubilar y que la Virgen María los acompañe!”.