El Papa: Presentar nuestra historia al Señor y decir “¡Señor, si quieres, puedes curarme!
Por Patricia Ynestroza / CV.- El Papa Francisco en el Evangelio del domingo pasado dijo, la mujer cananea “nos enseña el coraje de llevar su historia de dolor ante Dios, ante Jesús; de tocar la ternura de Dios, la ternura de Jesús”, porque “cada uno de nosotros tiene su propia historia y no siempre es una historia “de exportación”, no siempre es una historia limpia”.
En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, el Papa recordó que en el Evangelio, la mujer cananea “nos enseña: el coraje de llevar su historia de dolor ante Dios, ante Jesús; de tocar la ternura de Dios, la ternura de Jesús”.
El encuentro de Jesús con una mujer cananea
El Pontífice recordó el Evangelio que describe el encuentro entre Jesús y una mujer cananea. Mientras está con sus discípulos alejados de las multitudes, se le acerca una mujer que le implora ayuda para su hija enferma, le suplica a Jesús que tenga piedad de ella. Al respecto Francisco dijo que este grito, es el grito que nace de una vida marcada por el sufrimiento, por el sentido de impotencia de una madre que ve a la hija atormentada por el mal.
El Santo Padre, describiendo el pasaje, dijo que ante la insistencia de la mujer, Jesús, al principio la ignora, pero a un cierto punto decide ponerla “a prueba citando un proverbio: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Y la mujer responde enseguida: «Sí, Señor, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos».
“¡Señor, si tu quieres, puedes curarme!”
Al invitar a los fieles a pensar en la propia vida, Francisco afirmó: “Siempre hay cosas malas en una historia, siempre. Vayamos a Jesús, llamemos al corazón de Jesús y digámosle: “¡Señor, si puedes curarme! Y podremos hacerlo si siempre tenemos el rostro de Jesús con nosotros, si entendemos cómo es el corazón de Cristo, cómo es el corazón de Jesús: un corazón que tiene compasión, que trae sobre sí nuestras penas, que trae sobre sí nuestros pecados, nuestros errores, nuestros fracasos”. Recordó que Dios “nos ama tal como somos, sin maquillaje: nos ama así. “
Evangelio de bolsillo
Finalmente, el Pontífice exhortó: “Y siempre vuelvo al consejo que les doy: lleven siempre un pequeño Evangelio de bolsillo y lean un pasaje cada día. Y allí encontrarán a Jesús tal como es, tal como se presenta; encontrarán a Jesús que nos ama, que nos ama tanto”.