El párroco de Gaza: El Papa nos pidió que protegiéramos a los niños
Minutos antes de que expirara el ultimátum lanzado por el ejército israelí para evacuar el norte de la Franja, el Pontífice telefoneó por cuarta vez al padre Gabriel Romanelli, que sigue en Belén, expresándole su preocupación, cercanía y oración. Cientos de personas acogidas en la parroquia, con fieles que optaron por permanecer bajo los bombardeos.
Por Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco dijo estar “muy preocupado” por lo que está sucediendo en Gaza y confía en que haya una pausa en los bombardeos “para abrir corredores humanitarios a los miles de personas que lo necesitan en estos momentos”. Así lo informó a Vatican News el padre Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, quien recibió hoy una llamada telefónica -la cuarta desde el inicio de la crisis- para asegurarle sus oraciones y la cercanía de toda la Iglesia.
La cercanía del Papa
“Está muy cerca de la gente”, atestigua el padre Romanelli, que se encuentra en Belén y aún no ha podido llegar a la pequeña comunidad de la Franja: “Nos ha pedido que protejamos a los niños. Sabe que, además de los niños de la parroquia, acogemos a niños cristianos y a niños musulmanes, así como a discapacitados y heridos atendidos por las monjas de la Madre Teresa. Son cientos de personas que están bajo nuestra responsabilidad. El Papa sabe todo esto y ha mostrado su cercanía, su bendición y su oración y está haciendo todo lo posible para tener una pequeña ventana de esperanza”.
Cientos de refugiados acogidos por la Iglesia
Actualmente hay cientos de personas acogidas por las cinco estructuras de la Iglesia católica en Gaza, quinientas sólo en la parroquia. Las dos estructuras de la Iglesia Ortodoxa Griega también están abarrotadas de gente”. “Han pasado una noche realmente aterradora porque sabían que el ultimátum terminaba esta mañana, aunque se había prorrogado”, explica el padre Romanelli. “Se preguntan adónde pueden ir al sur y qué ocurrirá allí. Están llegando informes de personas que fueron atropelladas cuando iban hacia el sur. Algunos tienen coche, otros no tienen nada. Están aterrorizados y al menos en la Iglesia se sienten más protegidos, pero la situación es desesperada para todos”.
La decisión de quedarse
Todos los edificios de la Iglesia se encuentran en la zona de la Franja que Israel pidió evacuar por la tarde para refugiarse de los bombardeos. Sin embargo, los feligreses han optado por quedarse: “Están allí. No quieren irse. Podrían irse, pero no quieren. No tenemos instalaciones eclesiásticas en el sur”, explica el párroco, “es muy difícil entender desde fuera cómo la gente está apegada y unida a la iglesia, que es el centro humano y espiritual de sus actividades”.