Estudio: El trabajo por turnos aumenta el riesgo de diabetes
El trabajo por turnos está vinculado a un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, con una probabilidad más elevada entre los hombres y los que trabajan con sistema de rotación de turnos, según un nuevo estudio publicado por Occupational and Environmental Medicine.
La diabetes está ligada a los estilos de vida, con una amenaza muy real para la salud. Por ejemplo en Canadá la población está envejeciendo y la tasa de obesidad sigue en aumento. Actualmente más de 9 millones de canadienses viven con diabetes o prediabetes y, más de 20 personas son diagnosticadas con diabetes cada hora.
A nivel del mundo se estima que para el año 2025 tengan diabetes tipo 2 un aproximado de 380 millones de personas, los expertos sugieren que cualquier factor potencialmente modificable podría ser de considerable importancia para la salud pública y vale la pena investigar más a fondo.
Por tanto, los autores de esta nueva investigación escrutaron las bases de datos de investigación científica en busca de estudios observacionales relevantes que evaluaran las asociaciones entre el trabajo por turnos y el riesgo de diabetes. En concreto, recuperaron 12 estudios internacionales, de un total de 448 potenciales, con más de 226.500 participantes, 14.600 de los cuales tenían diabetes.
Cuando combinaron todos los resultados juntos, calcularon que cualquier periodo de trabajo por turnos está vinculado a un 9 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes en comparación con las jornadas con un horario laboral normal de oficina.
El riesgo de contraer diabetes es más alto en los hombres, 37%, pero la razón del hallazgo no está claro, según los autores, quienes sugieren, sin embargo, que los hombres que trabajan por turnos deberían prestar más atención a las posibles consecuencias para la salud de su horario laboral.
Los turnos rotativos hacen que sea más difícil para las personas adaptarse a un ciclo de sueño-vigilia regular y algunas investigaciones han sugerido que la falta de sueño o el sueño de mala calidad pueden inducir o empeorar la resistencia a la insulina, según los autores.