Justin Trudeau reconoce que su gobierno ha perdido confianza después de la denuncia de “injerencia política”
REDACCION ST.- El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que estaba reflexionando sobre la lección que aprendió despues del escándalo en el que se vio envuelto por una supuesta “injerencia política”.
“Creo que los canadienses esperan de nosotros que en cualquier momento que atravesemos por períodos de desacuerdo interno y, por supuesto, desafíen la confianza interna que tenemos, hay cosas que debemos reflexionar, comprender y hacer mejor la próxima vez“, dijo el mandatario canadiense.
Como es de conocimiento, el primer ministro de Canadá, fue acusado de presionar a la anterior fiscal general para llegar a un acuerdo con una empresa señalada por corrupción, así como de tomar represalias cuando ella ignoró esas presiones.
Se trata de un grave escándalo que, según expertos en política canadiense, amenaza al gobierno de Trudeau hasta tal punto de poder costarle la reelección en las elecciones generales del próximo mes de octubre.
El primer ministro niega las acusaciones de “injerencia política” en el caso judicial de esta empresa.
El pasado mes de enero, la fiscal general y ministra de Justicia Jody Wilson-Raybould, quien denunció las presiones, fue relegada de su cargo a otro puesto de menor importancia en el gobierno, del que acabó renunciando.
No fue la única. El principal asesor del primer ministro, Gerald Butts, anunció su dimisión poco después y esta semana también lo hizo otra ministra clave del gabinete de Trudeau: la hasta ahora ministra del Tesoro, Jane Philpott.
La oposición conservadora pide la salida de Trudeau del gobierno y diversas encuestas indican que la popularidad del primer ministro está cayendo notablemente de cara a los próximos comicios.
El escándalo comenzó a finales de febrero cuando un periódico reveló que Jody Wilson-Raybould había recibido presiones para ofrecer a SNC-Lavalin un llamado “acuerdo de enjuiciamiento diferido” que evitaría a la constructora su procesamiento en un caso de corrupción.
La crisis se centra en una empresa con sede en Quebec: SNC-Lavalin, una de las mayores compañías del mundo de ingeniería y construcción.
La firma y otras dos subsidiarias enfrentan acusaciones de fraude y corrupción por cerca de US$36 millones en supuestos sobornos que presuntamente ofrecieron a altos cargos del régimen libio de Gaddafi entre 2001 y 2011.
La empresa intentó llegar a un acuerdo con la Justicia para evitar el juicio, asegurando que ya ha tomado medidas y cambiado la manera de operar en la compañía.
SNC-Lavalin considera que sería injusto castigar a toda la compañía y a sus miles de empleados por la mala conducta de antiguos ejecutivos de la empresa.
Pero el asunto avanza hacia juicio y la firma asegura que “se defenderá vehementemente” contra las acusaciones.