La Ascensión de Jesús: Un viaje que nos señala el camino al cielo

El padre Javier Valdés, (derecha) y el diácono Carlos Retamales.
Por Víctor R. AGUILAR.- El domingo 1 de junio 2025, en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, el padre Javier Valdés, acompañado del diácono Carlos Retamales, celebró la misa con un mensaje profundo y esperanzador, centrado en el Evangelio de San Lucas 24, 46-53, que narra la Ascensión del Señor. Pero lejos de interpretarla como una despedida, el padre Javier recordó a los fieles una verdad fundamental: la Ascensión no indica la ausencia de Jesús, sino que nos dice que Él vive en medio de nosotros de un modo nuevo.
Durante su homilía, el padre Javier Valdés nos invitó a mirar hacia atrás, hacia la historia de salvación. Recordó cómo Dios hizo una promesa al pueblo de Israel, un pueblo nómada, en busca de alimento, seguridad y un hogar. Esa promesa era doble: una tierra fértil –la tierra de Canaán, que emana leche y miel– y la llegada de un Mesías, un guía que los conduciría hacia esa tierra prometida. Ese guía fue Jesucristo, enviado por Dios no solo como salvador, sino también como cumplimiento perfecto de su palabra.
Jesús vino al mundo, vivió, murió y resucitó. Y su misión no terminó en la cruz. El padre Javier explicó que la Ascensión es precisamente el cumplimiento de esa promesa: Jesús asciende al cielo para preparar un hogar eterno para su pueblo. Un lugar donde no habrá más sufrimiento, ni dolor, ni lágrimas: la vida eterna.
Pero para llegar allí, recordó el padre Javier, nosotros también debemos cumplir con nuestra parte. No basta con esperar el cielo, hay que vivir como discípulos aquí en la tierra. Eso implica ser fieles a los Diez Mandamientos, al mensaje del Evangelio y a todo lo que Dios nos enseña a través de su Iglesia.
Durante los 50 días después de la Resurrección, Jesús no solo se apareció a sus discípulos, sino que los fortaleció y los preparó para una misión: expandir la fe. Esa misión comenzó con el pueblo de Israel y, gracias a ellos, ha llegado hoy hasta los rincones más remotos del mundo.
Cuando Jesús asciende al cielo, no deja a sus discípulos en tristeza, sino con alegría y esperanza. Ellos regresan al templo y rezan llenos de gozo. ¿Por qué? Porque entienden que la partida de Jesús no es una pérdida, sino una nueva etapa. Y esa alegría debería también contagiar nuestro corazón.
El padre Javier nos recordó que cada uno de nosotros tiene dos misiones fundamentales. La primera es personal: evangelizar nuestro corazón y cuidar nuestra fe. Para eso tenemos los sacramentos, los sacerdotes, religiosas, diáconos y todos los grupos que nos acompañan en el camino de la fe. La segunda misión es hacia el mundo: ser testigos de Cristo en una sociedad muchas veces alejada de Dios. Con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestras obras, debemos reflejar la luz del Evangelio.
La Ascensión no es el final del camino de Jesús, es el comienzo de nuestra misión. Nos deja su presencia viva en medio de nosotros y nos envía como mensajeros de su amor y verdad. Que cada uno de nosotros pueda asumir esa misión con alegría, compromiso y esperanza, sabiendo que el hogar prometido nos espera, y que Jesús ya nos ha mostrado el camino.
DATOS:
La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.
Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00pm, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo (6:00pm).
INFORMACION: (416) 767-8658.