La sangre de alpaca desbloquea una nueva pista en la lucha contra el COVID-19
TORONTO – El torrente sanguíneo de una alpaca puede parecer un lugar poco probable para buscar un tratamiento para el COVID-19, pero investigadores suecos dicen que han descubierto un anticuerpo minúsculo con la capacidad de bloquear la entrada del coronavirus en las células humanas.
Los hallazgos, publicados el viernes pasado en la revista Nature Communications, se producen después de meses de investigación en una alpaca de 12 años, llamada Tyson, en Alemania.
En febrero, investigadores del Instituto Karolinska, una universidad médica con sede en Solna, Suecia, inyectaron a Tyson con proteínas de pico de coronavirus y, una vez que se detectó una respuesta inmune, tomaron muestras de sangre rica en anticuerpos del animal.
Las alpacas y otros miembros de la familia de los camellos se han utilizado durante mucho tiempo en la investigación viral porque producen de forma natural nanobodies, pequeños fragmentos de anticuerpos que pueden adaptarse a los humanos. Los investigadores han recurrido a las llamas y alpacas en el pasado cuando estudiaban el VIH, el SARS y el MERS.
Estos nanobodies son capaces de penetrar áreas de difícil acceso en proteínas de punta, lo que permite que los virus, como el nuevo coronavirus, ingresen a las células humanas e inféctenlas.
Se ha demostrado que los nanobodies de la familia de los camellos, que también se pueden producir en los tiburones, bloquean las proteínas del virus con mayor eficacia que los anticuerpos más grandes de los humanos.
Después de meses de investigación, los investigadores suecos encontraron lo que esperaban: un nanobodie que, según ellos, “neutraliza eficazmente el virus” al adherirse a una parte específica de la proteína del virus que puede impedir que el virus “se deslice hacia las células y, por lo tanto, previene la infección”. Han apodado el nanobodie Ty1, en honor a Tyson.