Leyes de inmigración canadiense son duras con las personas enfermas y discapacitadas
TORONTO.- Los oficiales de Inmigración tienen la opción de prohibir la residencia a los enfermos y discapacitados. Las normas que a veces impiden a las personas enfermas y discapacitadas a que se asientan en Canadá se invocan más a menudo de lo que muchas personas se dan cuenta, según un consultor de inmigración con sede en Toronto.
Un profesor de la Universidad de York dijo a la CBC News a principios de esta semana que él y su familia se están regresando a Costa Rica después permanecer tres años en Canadá porque los funcionarios de inmigración dijeron que el síndrome de Down de su hijo representa demasiada carga para los contribuyentes.
Felipe Montoya había solicitado la residencia permanente y al enterarse del fallo en contra de su hijo Nico de 13 años de edad, lo calificó de medieval y bárbaro.
Pero David LeBlanc, de Ferreira-Wells Immigration Services, dice que él y sus colegas ven casos similares con cierta regularidad. El dijo “Sucede con nuestros clientes dos o tres veces al año” y “Siempre nos hace sentir tristes cuando oímos que estas cosas se repiten”
LeBlanc dijo que los funcionarios de inmigración, al evaluar una solicitud, calculan cuánto dinero sería el costo probable para el sistema de atención de salud y otros servicios sociales canadienses por una persona enferma o discapacitada.
Si se trata de más de $ 6,000 a $ 7,000 por año, a los solicitantes se les da la oportunidad de explicar la forma en que la persona puede vivir en Canadá sin poner una carga excesiva en el sistema – teniendo en consideración si se trata de una familia numerosa que ya está aquí y está lista para ayudar o contribuir a la economía del país.
Los solicitantes con las familias extendidas normalmente son autorizados, dijo LeBlanc.
Sin embargo, algunas enfermedades, como la diabetes, plantean sus propios retos y menores probabilidades de tener aprobación.
“Si alguien tiene diabetes avanzada, [funcionarios] a veces pueden predecir el fallo renal y todo tipo de problemas”, dijo.
El síndrome de Down es también una preocupación importante para los funcionarios de inmigración.
“Cualquiera que conozca los cuidados necesarios para las personas con síndrome de Down, sabe que ellos tienen una verdadera batalla por delante”, añadió.
Montoya ha dicho que siente que su familia fue atacada injustamente, y que el sistema de Canadá está parcializado.
LeBlanc no está de acuerdo pero reconoce que el sistema es “duro … frío y mecánico“, pero dice que no es injusto.
“El sistema funciona en equilibrio”, dijo. “Pero eso no quiere decir que, en el estudio de cada decisión individual, ésta no parezca dura.”