Por los caminos del Señor: El Hada de Año Nuevo
Por el Padre JUAN TRIVIŇO.- Apreciados Lectores. Paz y bien. Mi saludo católico y de fe en este nuevo año litúrgico, ciclo C, que iniciamos con el primer domingo de adviento, tiempo de espera y preparación espiritual y corporal; vivencia en familia para recibir con alegría al Rey del mundo. EL NIÑO JESUS. Nacido en el portal de Belén. Quiero decirles que durante estos meses de diciembre y enero, estaremos recibiendo unas historias de cuentos navideñas y año nuevo para que recordando esta sentimiento de nuestra vida, nunca dejemos que esta hermosa tradición se pierda en los laureles sino que anide y perdure en nuestras vidas de generación en generación y que estos momentos tan sensibles sigan despertando en la humanidad la necesidad de vivir en paz, alegría, sensibilidad, humanismo, compartir, dar, recibir besos y abrazos que todos necesitamos y escuchar un te quiero. Espero que esto que siento en mi corazón y ahora se los traigo, sea acogido por ustedes y si quieren hacerme llegar algún mensaje o sugerencia puede hacerlo a mi correo: [email protected]
EL HADA DE AÑO NUEVO
Miguel y Felipe eran dos hermanos muy diferentes. Así, mientras que Miguel era más dócil y aceptaba las normas y valores de buen gusto, a Felipe le costaba algo más. Era rebelde y siempre terminaba haciendo ‘trastadas’ para llamar la atención. Una noche de Nochevieja, se les apareció un hada, y les dijo: – ¡Hola! Soy el hada de Año Nuevo, y vengo a traerlos un regalo. Los niños se quedaron muy sorprendidos. ¡Nunca habían visto un hada! Era pequeña, tenía alas y la voz muy dulce. De pronto les entregó un libro a cada uno. Pero el libro no tenía nada escrito. Todas las hojas estaban en blanco. Miguel sonrió y le dio las gracias al hada de Año Nuevo. Guardó el libro con mucho cuidado. Pero Felipe se enfadó: Y qué clase de regalo es este? ¡Si no hay nada dentro! Felipe salió de casa y tiró el libro en un charco, así que sus hojas se llenaron de barro. Y al llegar a casa, usó el libro para equilibrar la pata de una mesa, así que su cubierta quedó hundida en un lado.
Al año siguiente, el hada de Año Nuevo regresó. ¡Hola chicos! Vengo a buscar los libros que os dejé el año pasado. Miguel sacó su libro del cajón de su mesilla de noche y se lo dio al hada. Felipe tuvo que buscarlo bajo la pata de la mesa del salón. El hada de Año Nuevo comprobó el interiorde cada libro: el de Miguel estaba lleno de historias preciosas, y escritas con letras doradas. En cambio, el libro de Felipe estaba lleno de manchas ininteligibles. Felipe- le dijo el hada de Año Nuevo con dulzura- Tu libro refleja todo lo que hiciste este año. ¡Pero si solo hay borrones de tinta!- dijo él incrédulo. Eso es- continuó hablando el hada de Año Nuevo- Esta mancha de aquí es de ese día que te peleaste con tu hermano… y la de esta hoja es del día que mentiste a tu madre… Ah, y esta mancha grande de aquí es por haber insultado a tus compañeros de clase…Felipe se entristeció y se dio cuenta de que en realidad él no quería hacer todo eso… Continuara.
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