Toronto rindió homenaje al Señor de los Milagros

Posted On 12 Oct 2013
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GRAN CANTIDAD DE FIELES ACOMPAÑARON AL CRISTO DE PACHACAMILLA EN SU RECORRIDO PROCESIONAL EN EL AREA DE DOWNSVIEW

GRAN CANTIDAD DE FIELES ACOMPAÑARON AL CRISTO DE PACHACAMILLA EN SU RECORRIDO PROCESIONAL EN EL AREA DE DOWNSVIEW

Por VICTOR RODRIGUEZ / Fotos y texto.- La ciudad de Toronto se unió a otras ciudades del mundo que en el mes de octubre o ”Mes Morado” le rinden homenaje a la Sagrada Imagen del Señor de los Milagros, tradición que se inició en Lima, Perú en el año 1687, o sea hace 326 años.

Una gran cantidad de feligreses se congregaron el Domingo 06 de octubre en el área de Downsview para acompañar a la Sagrada Imagen del Señor de los Milagros que llevada en hombros por sus hermanos recorría las calles aledañas a la parroquia de San Agustín de Canterbury. Hasta el día Domingo en la mañana los meteorólogos habían pronosticado una lluvia continua acompañada de una tormenta eléctrica, sin embargo, en esa parte de la ciudad, mientras El Señor de los Milagros recorría las calles no precipito ni una gota de agua, por el contrario, la temperatura era tibia, bastante agradable y en el momento de regresar a su parroquia, en el cielo desde la parte oeste, las nubes se habrían para dejar pasar los rayos del sol que cayeron directamente sobre la Sagrada Imagen, curiosamente mientras que alrededor se podría observar, que el cielo estaba completamente gris.

Las celebraciones se iniciaron alrededor de la 1:30 p.m. con una Santa Misa celebrada por el padre José Signorelli, nuevo párroco de San Agustín de Canterbury donde asistieron el Señor Cónsul General del Perú Ministro Aurelio Pinto-Bazurco Rittler,  y una delegación de la hermandad del Señor de los Milagros de Montreal encabezada por la Mayordomo General Hermana Jacqueline Flores y una guardia de honor de los Caballeros de Colon vestidos con sus elegantes atuendos.

Antes de dar inicio a la procesión, los hermanos cargadores de la Primera Cuadrilla, rindieron un póstumo homenaje a los hermanos Carlos Cáceres y Emilio Ruiz  fallecidos en el presente año, el toque del silencio, desde la trompeta de uno de los músicos de la banda Meridian Band, y dos cordones colgando desde las varas centrales de las andas, le dieron un momento emotivo a la ceremonia.

Alternando el Rezo del Santo Rosario, marchas entonadas por la banda de músicos y cantos religiosos la procesión fue siguiendo su recorrido acompañado por la multitud de devotos de diferentes nacionalidades en su gran mayoría peruanos. Las cuadrillas se iban alternando en turnos, y en dos oportunidades se les dio la oportunidad a los devotos que acompañaban para que puedan cargar el anda.

“… Como siempre la procesión está muy bien organizada, felicito a los organizadores, se ve la fe, la participación de los fieles, con mucha devoción. Me impresiona mucho la forma como las mujeres levantan la imagen, hasta creo que lo hacen mejor que los varones con mucha mayor rapidez y con más precisión…”, comentaba Francisco Naar, miembro de los Caballeros de Colon del Cuarto Grado que se hicieron presentes para rendir una Guardia de Honor al Señor de los Milagros durante la santa misa y la procesión.

Durante la procesión, junto al padre José se unieron el padre Pedro de la parroquia de San Agustín y el padre Miguel Vicente Segura, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y coordinador del Consejo Pastoral Hispano en representación del señor obispo William McGrattam.

Durante el cierre de la ceremonia, la segunda cuadrilla de varones hizo girar, mientras la mantenían en sus hombros,  armoniosamente el anda 360 grados, inclinándola, a manera de saludo o venia en los cuatro puntos cardinales mientras hacían el giro. Mientras esto sucedía, la multitud portando pañuelos blancos y morados le daba el adiós a la sagrada imagen que retornaba a su templo.

Tanto el padre José Signorelli como el padre Miguel Segura se mostraron muy contentos por la forma como se desarrollaron estas actividades religiosas y también tuvieron la oportunidad de unirse a las cuadrillas para cargar las andas.

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