UNICEF advierte que muchos de los países más ricos del mundo están fallando a los niños y niñas
NACIONES UNIDAS.- Un nuevo informe del Fondo de la ONU para la Infancia destaca que el suicidio, la infelicidad, la obesidad y la falta de habilidades sociales y académicas se han convertido en rasgos demasiado comunes de los menores en los países de altos ingresos.
El estudio se basa en el análisis de datos nacionales comparables donde se clasifica a los países de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en materia de infancia.
El análisis busca comprender qué determina el bienestar de los niños en los países ricos usando datos anteriores a la aparición del COVID-19 e incluye una tabla de clasificación según la salud mental y física de los niños y sus aptitudes académicas y sociales. Basándose en estos indicadores, los tres mejores países para los menores son los Países Bajos, Dinamarca y Noruega.
La directora de la Oficina de Investigación de UNICEF, Gunilla Olsson, explicó que “muchos de los países más ricos del mundo -que cuentan con los recursos necesarios para proporcionar una buena infancia para todos- están fallando a los niños y niñas“.
“A menos que los gobiernos tomen medidas rápidas y contundentes para proteger el bienestar de la infancia como parte de sus respuestas a la pandemia, podemos esperar un aumento de las tasas de pobreza infantil, un deterioro de la salud mental y física y una profundización de la brecha de capacidades entre los niños y niñas. El apoyo relacionado con COVID-19 para las familias y los niños es lamentablemente inadecuado. Hay que hacer más para proporcionar a los niños una infancia segura y feliz – ahora”.
Principales conclusiones del informe
Salud mental: En la mayoría de los países, menos de cuatro quintas partes de los niños declaran estar satisfechos con sus vidas. Turquía tiene la tasa más baja de satisfacción con un 53%, seguida del Japón y el Reino Unido. Los niños que tienen familias que les prestan menos apoyo y los que son objeto de intimidación tienen una salud mental considerablemente peor.
Lituania tiene la tasa más alta de suicidio de adolescentes seguida de Nueva Zelandia y Estonia.
Salud física: Las tasas de obesidad y sobrepeso entre los niños han aumentado en los últimos años. Aproximadamente 1 de cada 3 niños de todos los países son obesos o tienen sobrepeso, aumentando considerablemente las tasas en el sur de Europa.
Habilidades: En promedio, el 40% de los niños de todos los países de la OCDE y la UE no tienen conocimientos básicos de lectura y matemáticas a los 15 años. Los niños de Bulgaria, Rumania y Chile son los que menos dominan esas aptitudes, mientras que los de Estonia, Irlanda y Finlandia son los más capacitados. En la mayoría de los países, al menos 1 de cada 5 niños no tiene confianza en sus habilidades sociales para hacer nuevos amigos. Los menores de Chile, Japón e Islandia son los que tienen menos habilidades en esta faceta.
Progreso en el bienestar de los niños: De media, el 95% de los niños en edad preescolar están matriculados en programas de aprendizaje, y el número de jóvenes de 15 a 19 años que no reciben educación, empleo o capacitación ha disminuido en 30 de 37 países. Sin embargo, estos importantes avances corren el riesgo de retroceder debido a los efectos de la COVID-19.
En función de sus políticas de apoyo al bienestar de los niños y otros factores como la economía, la sociedad y el medio ambiente, Noruega, Islandia y Finlandia son las naciones con las políticas y el marco de apoyo al bienestar infantil de más alto rango.
Cierre escolar por la COVID-19
Durante la primera mitad de 2020 la mayoría de los países incluidos en el informe mantuvieron las escuelas cerradas durante más de 100 días debido al brote de COVID-19, mientras aplicaban estrictas medidas de permanencia en el hogar.
El informe destaca que “la pérdida de miembros de la familia y amigos, la ansiedad, las limitaciones de permanecer en el hogar, la falta de apoyo, el cierre de escuelas, el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, el escaso acceso a la atención médica, junto con las pérdidas económicas causadas por la pandemia son catastróficas para el bienestar de los niños, ya que afectan su salud mental y física, así como su desarrollo.
Recomendaciones de UNICEF para proteger y mejorar el bienestar de los niños:
- Tomar medidas contundentes para reducir la desigualdad de ingresos y la pobreza y asegurar que todos los niños y niñas tengan acceso a los recursos que necesitan.
- Abordar rápidamente la grave carencia de servicios de salud mental para niños y adolescentes.
- Ampliar las políticas de apoyo a la vida familiar para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la familia, especialmente el acceso a servicios de guardería de calidad, flexibles y asequibles.
- Fortalecer las medidas para proteger a los niños de las enfermedades prevenibles, en particular revirtiendo las recientes caídas en la inmunización contra el sarampión.
Mejorar las políticas relativas a la COVID-19 para las familias con hijos y asegurar que los presupuestos que apoyan el bienestar de los niños estén totalmente protegidos de las medidas de austeridad.