Tres rostros de un mismo amor: la presencia silenciosa que sostiene nuestras vidas

Padre Javier Valdés bendijo a los padres con agua bendita por su día.

Por Víctor R. AGUILAR / ST.- Este domingo 15 de junio de 2025, en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, el Padre Javier Valdés ofreció una homilía llena de cercanía, fe y reflexión, basada en el evangelio de San Juan 16, 12-15. En este pasaje, Jesús nos habla con amor y paciencia, reconociendo que aún no estamos listos para comprender toda la verdad, pero promete enviarnos al Espíritu Santo, quien nos guiará poco a poco hacia ella. El Padre Javier destacó que este Espíritu no actúa de manera independiente, sino en comunión con el Padre y el Hijo, revelando así la perfecta unidad de la Trinidad.

Al comenzar la misa, el sacerdote hizo una mención especial al Día del Padre, que en muchos países de América Latina se celebra en esta fecha. Aprovechó este momento para rendir homenaje a todos los padres de la comunidad, en especial a aquellos que dejaron sus países de origen en busca de un mejor futuro para sus familias. El Padre Javier  recordó con cariño a su padre, quien fue para él un maestro de vida y un verdadero amigo. A los jóvenes, les dirigió unas palabras claras: “Amen a sus padres, porque ellos dan su vida para que ustedes puedan tener un futuro mejor.” También pidió al Señor que derrame su gracia sobre todos los padres y los acompañe en la búsqueda de un trabajo digno que les permita sostener a sus familias.

Al referirse al evangelio del día, el Padre Javier explicó que la Trinidad es un dogma de fe que sobrepasa nuestras capacidades humanas. Aunque la inteligencia, la razón y los sentidos nos permiten conocer muchas cosas, el misterio de la Trinidad sigue siendo algo que la Iglesia ha recibido por revelación, no por comprensión total. Este dogma, que nos habla de un solo Dios en tres personasPadre, Hijo y Espíritu Santo—, está presente en cada aspecto de la vida cristiana. Cada vez que iniciamos una celebración, un sacramento o una oración, invocamos a la Trinidad: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

El sacerdote explicó de manera sencilla pero profunda cómo actúan las tres personas de la Trinidad: Dios Padre es el creador, quien nos hizo a su imagen y semejanza; Jesucristo, el Hijo, es quien nos muestra el camino de la salvación; y el Espíritu Santo continúa esa obra dentro de la Iglesia, guiándonos a la vida eterna. Estas tres personas divinas actúan juntas, en unidad, como lo vemos ya desde el libro del Génesis, donde Dios habla en plural: “Hagamos al hombre a nuestra imagen.”

También compartió una recomendación para fortalecer la vida espiritual: iniciar y terminar cada día con la oración trinitaria. Al levantarnos por la mañana y al regresar a casa por la noche, decir “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” nos ayuda a poner toda nuestra vida en manos de Dios. Esta sencilla oración da sentido a toda la liturgia y a nuestra existencia como creyentes.

En uno de los momentos más emotivos de su homilía, el Padre Javier recordó que el Dios de los cristianos no es un jefe ni un militar, sino un Padre que ama, que cuida, que perdona. Dijo que este fue uno de los mensajes más revolucionarios para el pueblo de Israel, y sigue siendo central para nosotros hoy. También resaltó el valor de la figura paterna en la familia, núcleo fundamental de la sociedad, donde se siembran los valores y se forma a los hijos en sabiduría. Una familia católica, dijo, se forma con un padre y una madre, cada uno con sus roles y responsabilidades.

Como anécdota personal, contó que en la escuela tuvo que hacer un trabajo sobre su héroe favorito. Mientras muchos hablaban de figuras políticas como Fidel Castro o el Che Guevara, él eligió a su padre. Aunque su profesor no estuvo de acuerdo y no le dio la máxima calificación, él nunca se arrepintió de haber contado la historia de valor, responsabilidad y amor de su papá.

Para cerrar la misa, el Padre Javier invitó a todos los padres presentes a pasar al frente del altar. Con gran solemnidad y cariño, los bendijo con agua bendita y pidió a Dios que los proteja de todo peligro, que les conceda un trabajo digno y que nunca falte el pan en sus mesas ni el amor en sus hogares.

Así, esta misa del domingo nos dejó un mensaje claro y esperanzador: Dios es Padre, es amoroso y cercano; el Espíritu Santo nos guía cada día; y la Trinidad, aunque misteriosa, está presente en cada aspecto de nuestra vida. También fue una oportunidad para agradecer y reconocer a nuestros padres, verdaderos héroes que, muchas veces en silencio, construyen nuestro presente y nos regalan un futuro con esperanza.

DATOS:

La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Toronto, es una parroquia católica que se encuentra ubicada en el 694 Weston Road. Única dentro de las parroquias canadienses porque las celebraciones y servicios son completamente en idioma español.

Los domingos hay cuatro misas en español: 8:00am, 10:00am, 12:00pm y 1:45pm. La de las 5:00pm., es en inglés. Misas dentro de semana, Jueves (7:00pm), Viernes (7:00pm) y del Sábado que también es válida por el domingo  (6:00pm).

INFORMACION: (416) 767-8658.

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